domingo, 11 de marzo de 2012

CL-07 Diseño del libro



Diseño del libro


El éxito del diseñador radica en crear una obra de arte agradable para todos con un presupuesto reducido.
Datus C. Smith


El trabajo editorial va más allá de las letras, vimos en capítulos anteriores, de Guía para la publicación de libros, las tareas de un editor, las funciones de cada elemento en la producción de un libro, la financiación, y es momento del diseño. Ahora viene la parte visual, aspecto no menos importante, pues de la portada nos nace el amor o la indiferencia por un libro. La cubierta es el primer imán que nos incita a ir al interior, ya después, apreciamos una segunda parte del trabajo del diseñador en la forma del texto.

En principio, como resalta el autor, es importante que haya un equilibrio entre una presentación atractiva del libro y un costo económico de los materiales para que la empresa editorial pueda ofrecer al público un menor precio. El diseño que se planee debe estar en función de los aspectos financieros.

El diseñador determina las características físicas del libro, tiene un gusto artístico, además del conocimiento en el proceso de edición e impresión. En el de diseño del libro identifico dos momentos, el exterior, que tiene que ver con la portada, forros y la encuadernación, y el interior: tipo de papel, número de página, letra, caracteres, títulos, cornisas, margenes, interlineado,  ilustraciones, tablas.

Empecemos por el exterior. Aquí se definen los colores, la letra y la ilustración de la portada, con la pretensión de que estos tres elementos tengan relación con el tema del libro, aunque no siempre se logra. Por mercadotecnia, es común que cambien los diseños de las publicaciones para ofrecer "algo nuevo" al comprador, aunque el manuscrito es el mismo. Un ejemplo de esto es Arráncame la vida de Ángeles Matretta que sacó una nueva edición a partir del lanzamiento de la película. 

  • Los dos ejemplos de editorial Booket.


En el interior, están los aspectos de la distribución y orden del texto; es decir, el tamaño de los párrafos, de los márgenes, la longitud de la línea de texto, las cornisas, etc., todo lo anterior está en función del tamaño de la hoja, que mucho tiene que ver con los aspectos financieros de la casa editorial; así como, con el propósito del libro.  

Hay convenciones para seguir los lineamientos sobre los aspectos de las letras, por ejemplo, cuando un texto es para niños hay poca información y el tamaño de letra es muy grande. En un Atlas mundial, encontramos el nombre de los países escritos con mayúsculas y el de las capitales en minúsculas. En las publicaciones que abarcan un compendio de obras, generalmente, hay una cantidad de texto mayor y la letra suele ser más pequeña.

Si el autor requiere incluir tablas, mapas o ilustraciones en su manuscrito, el diseñador se encarga de ordenarlas en el texto, atendiendo a las instrucciones del escritor. Para las ilustraciones es mejor utilizar una imagen hecha a base de puntos, es decir offset, pues con las amplificaciones no se descompone tanto la imagen como cuando es digital.

En los libros hay mucho más trabajo artístico del que se piensa, no solo por la obra literaria que ya en sí es una obra de arte, sino por todo el diseño, por fuera y por dentro, que se hace en la casa editorial. Pero, todo eso se hace arte hasta que hay un lector que complete ese ciclo mediante la apreciación de la obra. 
Les dejo el corto ganador del Óscar 2012, The fantastic Flying books of Mr. Morris Lessmore de William Joyce, donde se expresa esta idea. 







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