De Elogio (innecesario) de los libros por
Carlos Monsiváis
Del tiempo profano al tiempo divino
Hay quienes leen los libros para no
sentirse menos que los entendidos; o para entretener el tedio de la sala de
espera; o para olvidar los agobios de los acreedores, o los desprecios de un
ingrato… pero hay, además del esnob y del que busca las rutas de su evasión, la
lectura común que solo va tras su propio placer; la que se deja guiar por su
propio instinto, y se comporta con la apertura maravillada de quien se dispone
a recibir una revelación. Con la curiosidad de la niña cuando tiene a su merced
a un adulto. Con la insistencia apasionada y aún con la importuna devoción de
una adolescente con la libertad que conquista y abandona, que escoge, que
guarda, que olvida.
Lo único a lo que la lectora común
aspira cuando lee es a vivir entre los que viven.
Rosario Castellanos
Leer, ¿qué es leer? La Real Academia española tiene un significado que se refiere
a las prácticas esotéricas, leer la mano, leer las cartas; entonces, leer es “adivinar algo oculto”. Al estar
frente a un texto y pasar la vista por lo escrito comprendiendo la
significación de los caracteres, puede llegar a adivinarse algo oculto, algo
que no conocíamos o no recordábamos de nosotros mismos, nos apropiamos de
formas que también poseemos y revivimos con otros nombres. Como dice Carlos
Monsiváis, “si uno al leer no es otro y no es otros, no es nadie”.
Pasamos del tiempo profano, convencional
y lineal, a un tiempo divino que es circular, nos convertimos en héroes,
buscamos el paraíso como Robinson Crusoe, o conocemos el infierno como Pedro
Páramo. Pero, no todos emprendemos este viaje, hay quienes proclaman
abiertamente (aun siendo estudiantes de Licenciatura) “a mí me choca leer,
ponme una película, una obra de teatro, una telenovela, pero un libro… ¡Nunca!”
Entonces, la falta de lectura no es
un mal propio de los gobernantes o candidatos a la presidencia de México, sino
un mal de la idiosincrasia mexicana. En este sentido, ¿traerá beneficios el
decreto de Secretaría de Gobernación sobre la obligatoriedad en la educación
desde nivel preescolar hasta bachillerato? Como plantea Monsiváis, hay una
absoluta falta de planeación, la creación de empleos es insuficiente para la
cantidad de egresados.
Otro factor que nos aleja cada vez
más de la experiencia del libro es la digitalización de los textos que, de
cierta manera, desplaza un poco la intención de comprar un libro para
incrementar la biblioteca personal; parece suficiente tenerlo en formato pdf;
pero, si la memoria del ordenador se atrofia, rápidamente lo perdemos.
Bajo este punto de vista del
desplazamiento de los libros por los ordenadores, está también el internet.
Aristóteles en La política distingue
entre dos clases de hombres: libres y esclavos, los hombres libres tienen
tiempo para pensar, el ocio permite la creación en términos de arte y conocimiento
científico; ahora, el cese de ocupación que podríamos tener lo gastamos en
internet, la publicidad de la librería Gandhi lo pone de manifiesto: Menos face y más book.
En una cultura de poca lectura, ¿qué
podemos hacer para incitar a emprender esos viajes de conocimiento personal y
cultural a través de los libros? El Consejo de la Comunicación lanzó la campaña
de “Diviértete leyendo” con espectaculares que nos muestran a actrices y
conductores de radio y televisión como Edith González, Andrea Legarreta, Mariano
Osorio, por mencionar algunos, con un libro en la mano (ni siquiera podría
decirse que estén leyendo en la imagen porque su mirada está dirigida a la
cámara), ¿esta campaña de verdad incita a la lectura?, ¿Qué tipo de campañas
necesitamos en México para este fin?
Ana Cristina:
ResponderEliminarMe gustan tus textos, pero la verdad preferiría que comentases las ideas de los autores que vamos leyendo. Recuerda que es un control de lectura, y como docente, yo espero la lectura y la comprensión de ese texto. Espero que puedas comentar las ideas y ligarlos con los recursos de escritura que tienes.
Te mando un atento saludo.